ENTREVISTAS / 4 mayo 2014

LARREADIO: Una mula, una carreta, un emisor de FM, micrófonos y mucho camino por delante.

Larreadio.com es la radio itinerante que nos acerca en primera persona la voz de los pueblos andaluces. Su creador, Alejandro Pérez, vuelve a subirse a la mula e inicia una nueva temporada.

Alejandro Pérez, natural en la provincia de Jaén, estudió Periodismo y Económicas en Madrid. Su primer contacto con la radio fue junto a cuatro amigos en un programa para jóvenes llamado Generación en Lata. En este espacio aprovechaban su libertad para realizar la radio que no suele enseñarse en la universidad. Este fue su primer contacto con la radio, aunque desde siempre supo que ése era el medio en el querría ejercer, “por los mundos que me generaba”, nos cuenta. Alejandro vivió la ciudad sin perder sus raíces: su pueblo, Santa Ana, es una pequeña aldea, pedanía de Alcalá la Real. Tras sus pasos por Madrid y otros territorios como Francia, Alejandro decide volver a casa y vivir su propia aventura radiofónica: Larreadio, una radio itinerante que recorre las sierras andaluzas en una mula para contar las historias de sus gentes.

R: Alejandro, ¿cuáles son los orígenes de Larreadio?

A: El campo y los animales son mis raíces. Mi abuelo era tratante de ganado, vendía mulos y caballos por las ferias de ganado, mi tío lo sigue siendo, mi padre repartía pan en los cortijos y mi madre nació en un cortijo. Hace tres años estuve como diez días viajando con una mula y ese viaje me abrió mucho los ojos. Hice un trayecto entre la ciudad de Jaén y mi pueblo, caminado por los pueblos tranquilamente y descubriéndolos. A veces nos pasamos la vida bordeando algo pero nunca lo cruzamos. Fue una experiencia maravillosa y reveladora. Esos pueblos no tienen radio y entonces se me ocurrió la idea de crear una radio itinerante. Conocer las historias de esos pueblos es también una forma de profundizar en mi propia historia. La radio me parecía el medio más interesante por la libertad de creación y la capacidad de despertar la imaginación con respecto a otros medios. Así que pensé que tanto la radio como la mula eran los medios de comunicación perfectos para acercarme a la gente.

R: Larreadio arrancó en 2013, en una expedición que duró de mayo a junio. ¿Cómo era el día a día durante este primer viaje?

A: Llegamos al pueblo, dejamos el animal en un lugar tranquilo y durante dos o tres días nos encargamos de buscar a las personas que entrevistamos y elaboramos algún reportaje. Más tarde montábamos el equipo técnico: el estudio portátil, la emisora, la antena, etc., y entonces con un megáfono recorríamos el pueblo anunciando a qué hora comenzaba el programa y en qué frecuencia, puesto que en cada pueblo era diferente. Larreadio reivindica también el espectro sonoro y los caminos como espacio público. Los caminos son de la gente que camina por ellos, y el espectro sonoro, aunque pertenezca al Estado, pertenece a la gente que hace radio. Es nuestro y todos podemos hacer radio.

Larreadio reivindica también el espectro sonoro y los caminos como espacio público. Los caminos son de la gente que camina por ellos, y el espectro sonoro, aunque pertenezca al Estado, es para la gente que hace radio”

Todo se cuece durante los dos días en los que nos dedicamos a hablar con las personas, a escucharles y a grabar. De esta manera la gente nos conocía, y a la hora de realizar la emisión en directo, había mucha acogida y mucha difusión boca a boca. El público al que nos dirigimos no usa las redes sociales, y hoy en día parece que quien no usa las redes sociales, no existe como ciudadano. De hecho el concepto ciudadano excluye a la gente de los pueblos, ¿pero qué ocurre con esta gente? ¿acaso no tienen inquietudes, no se expresan? Me preocupa esa diferencia que cada vez se torna más dramática.

R: Las emisiones que realizabais en directo, ¿se pueden escuchar online?

A: No, los programas solamente los emitíamos en directo en cada pueblo, con una emisora de 6w y una antena de dipolo. En la web no hemos colgado los programas completos por una razón: estarían fuera de contexto. Se realizaban para la gente del pueblo en ese mismo momento. Los programas, aislados en una web y sin ese contexto físico, perderían valor. En la web lo que colgamos son los reportajes, la parte documental de la experiencia en cada pueblo. Audios en primera persona contando sus propias historias.

Por ejemplo, el podcast de LA ISLA cuenta como los jóvenes de Santa Ana marcharon a Formentera desde principios de los años 70. En este pueblo andaluz de poco de 1000 habitantes, más de un centenar de personas han pasado largas temporadas trabajando en hoteles y restaurantes de la isla balear. Entre arena y salitre celebraban sus fiestas patronales y charlaban sobre su infancia en el barrio del Perchel o el Comendador. Volvían en Octubre donde les esperaba la recogida de la aceituna, el invierno y sus familias. Mateo fue uno de los pioneros, hoy sigue tras el mostrador, al frente de su churrería. En su almacén nos cuenta con nostalgia cómo vivió esos años . Aquellos primeros viajes sobre la cubierta de “la joven Dolores” marcaron las vidas de muchos santaneros y santaneras. Paqui tuvo unos comienzos más difíciles en Mallorca. Patricio marchó con su esposa y su hijo pequeño hasta que montó su propio negocio en el pueblo.

Escucha “La Isla” y otros podcast de Larreadio aquí

 

R: ¿Te consideras un fiel oyente de radio? ¿Qué es lo que escuchas?

A: No es que haya sido un oyente fiel, pero siempre he pensado que como periodista sería el medio en el que yo trabajaría. Suelo escuchar Radio 3, Radio Ambulante y cosas más experimentales. Me gustaba mucho por ejemplo La Ciudad Invisible en Radio 3 porque conseguía crear mundos, pero actualmente no encuentro muchos programas en los que me ponga los cascos y logre transportarme. Me interesa la radio como experiencia sonora, no como complemento de lo que estoy haciendo. Apenas hay opciones en nuestro mapa radiofónico. En la radio pública francesa hay mucho más donde elegir. Me gusta mucho Les pieds sur terre, un programa de documental de grabaciones en bruto de la gente en la calle, las conversaciones de a pie. Resulta muy interesante escucharlo. Aquí no solo hay que generar buenos programas, sino que también hay que generar una cultura de radio.

“Aquí no solo hay que generar buenos programas, sino que también hay que generar una cultura de radio”.

R: ¿Cómo es el equipo humano que compone Larreadio y con qué equipo técnico contáis?

A: El año pasado éramos un grupo de amigos: un ingeniero, un enfermero, una socióloga….No era gente con experiencia en radio, pero sí con muchas ganas de echarme una mano. El equipo también fue cambiando durante le trayecto. Este año me acompañan tres personas. El director de fotografía y documentalista José Manuel Alguacil va a filmar el viaje. Hará una película que supondrá un paso más hacia delante. Vienen también Ángel Mesa, con quien haré teatro en los pueblos y un diario con dibujos, y Pilar, encargada de la producción y de la campaña de crowdfunding en Goteo.org. En cuanto al equipo técnico contamos con dos micrófonos, cuatro auriculares, una mesa de mezclas muy sencilla, el ordenador portátil, la tarjeta de sonido externa, unos altavoces autoamplificados para las funciones teatrales, la emisora FM de 6w y la antena de dipolo.

R: ¿Contáis con algún tipo de apoyo financiero?

A: El pasado año aceptaron el proyecto en una asociación de desarrollo rural que se llama ADSUR y trabajamos juntos. Ellos se encargaban de contactar con los ayuntamientos de los pueblos y yo realizaba los programas. No gané prácticamente nada económicamente, pero al menos me permitió no perder dinero realizando el proyecto. Tienes que hacer muchos malabarismos para poder hacerlo como deseas porque hay muchos gastos: las dietas, el equipo, el veterinario si hace falta, el seguro, el alquiler de la mula, etc. Este año ya tenemos la experiencia del año pasado y un equipo más consolidado, recibimos apoyo de amigos, familiares, gente a la que le interesa el proyecto… Hemos colaborado con el programa Coordenadas de Radio 3, con Esther Ferrero, nos sirve para amplificar las historias y como altavoz para difundir lo que hacemos. En esta próxima etapa esperamos hacer conexiones en directo, estamos muy agradecidos por el interés que nos han mostrado. Por otro lado, la idea es que el documental que vamos a realizar sea vendible. Estamos ya en contacto con una productora de Córdoba, JK Un Sin Vivir. Es importante hacer contactos en todos los pueblos para que la gente se abra, ya que sólo contamos con dos días en cada lugar para dar confianza a la gente y poder contar sus historias.

R: Precisamente conectar con la gente es una de las tareas más difíciles para conseguir una historia: la implicación, la complicidad, la empatía.

A: Hay historias difíciles de manejar, y se tiene una responsabilidad con respecto a lo que te cuentan. Lo más importante es tratar bien a las personas y tratar bien sus historias. Debemos cambiar esa percepción en las personas: decirles que su historia también es interesante, no sólo la que sale en la tele. Hay una fuente de conocimiento muy grande, experiencias vitales que si no son contadas quedarán en el olvido. De los pueblos sólo se habla de la gastronomía, la pureza de la naturaleza y de lo duro que es el campo. Con Larreadio trato de romper los estereotipos que tenemos de los pueblos: la gente vive igual que en una ciudad enfrentándose a problemas similares. Al final la conclusión es que existe un patrimonio, una riqueza y una diversidad enorme que se nos está escapando. Tan sólo de un pueblo a otro que se encuentre a 5km el universo ya cambia. Y las personas son como libros: si se van, se cierran y ya no vuelven. Es importante saber de dónde vienes y cómo era tu sociedad. En el fondo ir en la mula es un viaje en el tiempo, recordar todo eso y darle valor. En los 70 a la gente le daba vergüenza tener silla de anea en su casa, porque había que tenerlo todo nuevo y eso era un signo de retraso, cuando ni tan malo era lo de antes ni tan bueno lo de ahora.

“Debemos cambiar esa percepción en las personas: decirles que su historia también es interesante, no sólo la que sale en la tele”

R: ¿Crees que hoy en día se vive mejor en el campo?

A: Bueno, no tengo la visión típica del mundo rural como algo bucólico. El campo es duro y también hay de todo, desde gente maleducada a gente muy generosa. La gran diferencia respecto a la ciudad es que en los pueblos los vínculos están muy fijos, todo es más estable. En la ciudad todo cambia muy rápido, la sociedad es líquida, en los pueblos es más estable, más sólido.

R: ¿Qué ha supuesto esta experiencia a nivel personal para el actual Alejandro Pérez?

A: Más allá de un proyecto de radio se trata de un viaje y de un proceso de descubrimiento personal. Yo partí con una idea y luego encontré otras cosas. A veces se crean dificultades dentro de nosotros mismos porque los puntos de vista evolucionan. En unos meses he aprendido más de periodismo y documental que en todos mis estudios, porque me doy cuenta de la responsabilidad que supone transmitir una historia, a quién le llega y cómo le llega. No quería que se me escaparan detalles e intentaba controlarlo todo, pero también hay que darle cierta libertad, las historias vuelan por sí mismas.

“He aprendido más de periodismo y documental que en todos mis estudios, porque me doy cuenta de la responsabilidad que supone transmitir una historia, a quién le llega y cómo le llega”

R: ¿No son las historias una muestra de cultura?

A: Pensamos siempre en lo excitante que sería descubrir cómo viven las comunidades indígenas del Perú, por ejemplo. Pero eso también existe aquí. La tradición, el saber popular, eso también es cultura, igual que la que está en los libros y en la universidad, es la cultura que sale de la tierra. Por ejemplo la historia de la Sierra de Cazorla ilustra muy bien la importancia del saber popular. Hace unos años descubrieron que allí siempre había curado la neumonía con sangre de macho de cabra montesa. Se decía de ellos que eran unos bárbaros. Pero recientemente descubrieron que la sangre de macho montés contiene un componente de la penicilina. Lo que ocurre aquí es que no se genera el hecho de “contar” esa cultura. La realidad se construye a través de los retratos vivos que podemos realizar a través de la radio u otros medios. Si hay gente para contarlo, se genera cultura de ello. Aquí eso está por hacer. Pensé en ir a Latinoamérica a realizar un proyecto así, porque allí la radio comunitaria está muy viva y la radioesfera goza de una efervescencia envidiable. Es también una cuestión demográfica, allí la población es más joven que aquí. Pero precisamente porque allí sí que existe esa cultura me di cuenta de que es aquí donde debía hacerlo, donde hay que cubrir ese vacío.

R: Larreadio 2014 arranca de nuevo y ya estáis en marcha. ¿Cómo es la actual expedición?

A: Hasta finales de julio cruzaremos toda la sierra del interior hasta llegar a Cádiz (el año pasado sólo estuve en la provincia de Jaén). Vamos a grabar un documental audiovisual. Y además vamos a ofrecer un espectáculo de sombras a los más pequeños para contar historias de forma más poética. Haremos un cuento que refleje por qué nosotros nos tiramos al monte. Es una forma de aportar algo a los pueblos, no queremos sólo llegar allí y ponernos a grabar y grabar, sino ofrecer algo también.

R: Alejandro, las entrevistas de Radioimaginamos concluyen con un minuto sonoro, se trata de “Un minuto contigo mismo”. Ahora, yo saldré de la habitación y te dejaré a solas ante el micrófono. ¡Pero el silencio está prohibido! ¿Te atreves?

A: ¡Vale! Os contaré algo sobre Luis, alguien a quien admiro y a quien quiero mostrar mi reconocimiento.


Tags:  Alejandro Pérez Larreadio

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